La importancia de la resiliencia y el rol de la salud mental
En los últimos días, muchas personas en diferentes poblaciones de España han sufrido el azote de la naturaleza con una fuerza devastadora. La DANA ha dejado lodo, coches amontonados, viviendas destrozadas y, más allá de los daños materiales, ha dejado cicatrices invisibles en quienes han vivido esta experiencia traumática.
El miedo como respuesta natural
Uno de los primeros sentimientos que aparece ante una catástrofe como la que hemos vivido es el miedo. Este temor a perder la vida o a perder a nuestros seres queridos es completamente natural y se manifiesta de forma intensa y profunda en situaciones de emergencia. En lugar de reprimirlo, siempre recomiendo que reconozcamos y hablemos de este miedo: verbalizar lo que sentimos puede ayudarnos a aliviar la tristeza y la angustia que nos acompaña en estos momentos difíciles.
En estos casos, el miedo puede llegar a paralizar, pero también puede ser una herramienta de conexión con quienes más amamos, permitiéndonos valorar aún más el tiempo que compartimos con ell@s.
El impacto de la incertidumbre y la importancia de la seguridad
Los primeros momentos de una catástrofe suelen estar acompañados de un estado de shock y de bloqueo, ya que nuestra mente necesita tiempo para procesar lo ocurrido. En estos momentos es fundamental que los profesionales, familiares y amig@s transmitan calma y seguridad. Cuando logramos reducir la incertidumbre, ya sea asegurándonos de que nuestros seres queridos están bien o sabiendo que los servicios de emergencia están actuando, nuestro cerebro comienza a adaptarse y nuestra respuesta emocional se estabiliza.
La resiliencia y el cambio de valores tras la tragedia
La resiliencia es la capacidad de las personas para superar la adversidad y crecer a partir de ella. Es natural que, después de una experiencia tan dura, muchas personas experimenten un cambio en sus prioridades y valores. Desde mi experiencia profesional, he visto cómo el dolor y la pérdida pueden ser transformadores. En situaciones como estas, solemos desarrollar una mayor empatía, una apreciación más profunda por la vida y una nueva perspectiva sobre lo que realmente importa.
El rol de los profesionales y la importancia del autocuidado
Las personas que trabajamos en la ayuda psicológica durante estos momentos también necesitamos tener un tiempo para procesar lo que vivimos y escuchamos. Como profesional, recomiendo que l@s trabajador@s en situaciones de emergencia respeten su tiempo de desconexión y descanso, rodeándose de familiares y amig@s que los apoyen.
Reflexión final
En momentos de gran dolor y pérdida, nunca debemos subestimar la importancia de cuidar las heridas invisibles que estas catástrofes dejan en nosotr@s. Invertir en salud mental es invertir en la capacidad de las personas para sanar, renacer y construir un nuevo futuro. Hoy, más que nunca, necesitamos poner el foco en estas cicatrices emocionales y acompañar a l@s supervivientes en su proceso de reconstrucción.